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8/12/09

Las Trece Torres y el culto del Sol


Las Trece Torres (Foto: Iván Ghezzi)
Las Trece Torres tienen intervalos regulares entre sí.

En el sitio arqueológico de Chankillo, Perú, puede haber estado situado el observatorio solar más antiguo del continente americano, según un equipo de investigadores.
 

El sitio, en el valle costero de Casma, a unos 320 kilómetros al norte de Lima, contiene un grupo de estructuras de aproximadamente 2.300 años de antigüedad, conocidas como las Trece Torres. 

De acuerdo a un estudio publicado en la revista especializada Science, las torres abarcan todo el arco de salidas y puestas anuales del Sol. 

Los autores del artículo, entre ellos el profesor Iván Ghezzi, del Instituto Nacional de Cultura de Perú, consideran que las torres, que fueron descubiertas hace más de un siglo, se pueden haber utilizado para indicar fechas especiales en un calendario solar. 

Me quedé patitieso la primera vez que las vi: la red de torres abarca el arco solar completo
Clive Ruggles, Universidad de Leicester
"Me parece extraordinario que, en todo este tiempo, nadie hubiera reconocido para qué servían las torres", le dijo a la BBC el profesor de arqueoastronomía de la Universidad de Leicester, Reino Unido, Clive Ruggles. 


"Me quedé patitieso la primera vez que las vi: la red de torres abarca el arco solar completo", añadió. 

Puntos de observación
 
Las torres están dispuestas de norte a sur sobre una pequeña colina. 

Escalera de una torre (Foto: Iván Ghezzi)
Cada torre tiene escalones hasta la cumbre.

Están relativamente bien preservadas y cada una tiene escalones hasta la cumbre. 

Las estructuras rectangulares, de entre 75 y 125 metros cuadrados, están situadas a distancias regulares entre sí. 

Los arqueólogos consideran que había dos puntos de observación, uno al este y el otro al oeste. 

"Por ejemplo, si uno se para en el punto de observación occidental, podría ver la salida del Sol, pero la posición por donde sale a lo largo de las torres depende de la época de año", explicó el catedrático Ruggles. 

Ruggles señaló que los puntos de observación son muy restringidos y no cabrían más de dos o tres observadores a la vez. 

Rituales
 
"Todas las evidencias indican que esos puntos tenían un objetivo formal o ceremonial y que en ellos se celebraban rituales especiales", dijo el investigador. 

Todas las evidencias indican que esos puntos tenían un objetivo formal o ceremonial y que en ellos se celebraban rituales especiales
Clive Ruggles, Universidad de Leicester
"Esto implica que personas especiales, quizás los sacerdotes, veían la salidas o puestas del Sol desde allí, mientras que la multitud las observaba desde la plaza, sin esa perspectiva especial". 


Hay datos escritos que indican que, unos 800 años después de la construcción de estas torres, los incas realizaban observaciones solares y adoraban a una deidad solar. 

"Sabemos que, en los tiempos de los incas, se utilizaban torres para observar el Sol durante los solsticios, lo que nos permite especular que hay elementos indicativos de una práctica de culto que data de mucho antes", dijo Ruggles.  

El enigma del círculo ritual de Sechín Bajo


El arqueólogo Peter Fuchs explica el alcance de sus descubrimientos en Perú 

La verdadera Akator se llama Sechín Bajo. Los monumentos que están apareciendo en las excavaciones en el yacimiento de la provincia peruana de Casma hacen palidecer por su complejidad y relevancia a las ruinas de la ciudad de la última entrega de Indiana Jones. Y además son reales. En Sechín Bajo se ha descubierto la arquitectura monumental más antigua de América. Una extraña estructura circular, a modo de plaza hundida, y cuya utilidad no está clara aunque seguramente era de tipo ritual, ha sido datada hace 5.500 años. El director de las excavaciones, el alemán Peter Fuchs (Berlín, 1945), se encuentra en Barcelona, invitado por Cosmocaixa. El estudioso ríe cuando se le compara Sechín Bajo, donde excava desde 1990, con Akator y al hacerlo muestra el desconcertante brillo de un incisivo de oro, lo que pone una nota muy pertinente en la conversación sobre perdidas ciudades precolombinas. "Me gustó la película, pero en realidad todas esas fábulas arqueológico-esotéricas en torno a las culturas prehispánicas son nefastas. Esas cosas, cuando son tomadas en serio, perjudican la imagen real. En el fondo, eso de los extraterrestres ha servido para devaluar los logros de las civilizaciones precolombinas y prolongar prejuicios e intereses coloniales".

Ver a alemanes excavando unas ruinas misteriosas en un paisaje polvoriento no deja de tener también connotaciones spielbergianas... Fuchs no rehúye hablar de una época nefasta del pasado de la disciplina en su país. "Yo, como tantos otros, empecé en esto por Dioses, tumbas y sabios, de Ceram, cuyo nombre real era Kurt Marek, y es cierto que fue corresponsal de guerra al servicio del Ministerio de Propaganda del III Reich. Todos los arqueólogos -Trimborn, por no hablar de Jankuhn, Kiss y la gente de la Ahnenerbe- eran nazis y hasta los años setenta no se pudo llenar los cargos en la universidad con hombres limpios. Eso provocó un gran aislamiento científico en la profesión antes y después de la guerra".

Sechín Bajo está al norte del yacimiento original de Cerro Sechín, hallado en 1937 por Julio Tello, padre de la arqueología peruana. Y parece ser también un núcleo ritual. El problema es que se trata de un conglomerado de construcciones de diferentes épocas que se han ido superponiendo y dilucidarlas resulta extraordinariamente laborioso. Lo más antiguo es una plataforma rectangular desde la que se accede por escaleras a una plaza circular hundida. Entre los añadidos posteriores hay muros con nichos: es posible que guardaran momias de familias reales que eran sacadas de procesión en momentos relevantes de la vida de la comunidad.

Fuchs no es nada fetichista con lo de la antigüedad: "Caral, en el valle del Supe, al norte de Lima, resultará ser seguramente más antigua que Sechín Bajo; todo indica que tendrá unos 6.000 años. Pero de momento estamos nosotros...".

La controversia en la cronología americana es para Fuchs una cuestión esencialmente política. "Tenemos ocupación humana en Monteverde, al sur de Chile hace 15.000 años. La presencia más antigua es en la Amazonia brasileña, hace 40.000 o 50.000 años. Pero la arqueología latinoamericana está dominada por los Estados Unidos y ellos tienen sus límites claros: la cultura clovis de Norteamérica, hace 11.000 o 12.000 años. Tienden a negar la existencia de nada anterior, y como dominan los congresos y las publicaciones...". De la polémica por la exigencia de devolución a Perú de los materiales de Machu Picchu que se llevó a Yale Hiram Bingham, Fusch opina que "sin duda pertenecen a Perú, pero se han conservado bien en Estados Unidos y se debería solucionar la devolución sin escándalo".

Hallan la edificación más antigua del Perú: 5.500 años

Se trata de una plaza circular hundida que fue descubierta por un grupo de arqueólogos peruanos y alemanes en el complejo arqueológico Sechín Bajo (Áncash)


as veinticinco pruebas de fechado carbónico hechas en la zona no dejan espacio a la duda. Aquella plaza circular, con diez a doce metros de diámetro encontrada en el complejo arqueológico Sechín Bajo, es hasta hoy la estructura más antigua hallada en el Perú. Tiene, aproximadamente, 5.500 años de antigüedad. Sus descubridores, arqueólogos alemanes y peruanos, no pueden estar más felices. 

La historia de este hallazgo comienza en 1992 cuando la estudiante alemana de arqueología Renate Patzschke llega junto con algunos compañeros a Casma desde su lejana Universidad de Berlín. Para los demás este viaje fue la excursión clásica de fin de ciclo, pero para ella fue el inicio de su encuentro con la historia. 

"Yo hice mi estudio de bachillerato en este complejo y desde hace 16 años me comprometí a apoyar su investigación", señala Renate en un lenguaje particular, una mezcla entre su alemán natal y el español de esta, su nueva tierra.

Ella ha trabajado de la mano con el director del proyecto Arqueológico Sechín Bajo, Peter R. Fuchs durante mucho tiempo. Fuchs cuenta con particular entusiasmo que la plaza circular hundida fue construida con piedras y adobes rectangulares, los mismos que luego fueron complementados con otras estructuras.

El descubrimiento producido hace pocas semanas en el departamento de Áncash, detalló el especialista, permite demostrar que en el valle de Casma se desarrollaron las primeras sociedades con centros ceremoniales. Esto echaría por tierra otras teorías que señalan que estas civilizaciones se desenvolvieron inicialmente junto a la costa para posteriormente ocupar el interior de los valles. 

"Antes del hallazgo de la plaza circular hundida se sabía que las estructuras más antiguas halladas en el Perú estaban en la playa Huaynuna, al norte de la bahía de Tortugas, también en Casma. Allí los esposos Pozorski hallaron un pequeño templo que era de fines del Arcaico precerámico (entre los 4.000 y los 3.600 años de antigüedad). Sin embargo, los hallazgos realizados en Sechín Bajo, especialmente el de la plaza circular hundida, han demostrado que hay restos de hasta 5.500 años", indicó Fuchs.

LOS MOMENTOS DE SECHÍN

Si bien es cierto que la plaza circular hundida es actualmente lo que más llama la atención en Sechín Bajo, en ese complejo arqueológico existen otros dos conceptos arquitectónicos distintos, es decir, otros dos tipos de estructuras levantadas por generaciones posteriores. 


Un primer momento constructivo, desarrollado cerca de los 3.500 a. C., es evidenciado por la plaza circular hundida. Según los estudiosos, este espacio servía para que las personas pudieran reunirse al aire libre y sociabilizar. 

Con el transcurso del tiempo, en un segundo momento, que no ha sido determinado, se comenzaron a levantar edificaciones más grandes debido al crecimiento de la población. Estas se construyeron en una zona adyacente al lugar donde fue hallada la plaza circular hundida.

"Hay un tercer momento constructivo (cerca de los 1.600 a. C. ), más reciente que los anteriores, en el que encontramos una estructura que mide 180 metros de largo por 120 metros de ancho. Esta tiene en su primera fase dos grandes patios alineados y rectangulares, los cuales, en su segunda fase, se subdividen en cuatro patios seguidos con esquinas curvadas y muros que poseen nichos ", detalló Fuchs.

Gran parte de la arquitectura de Sechín Bajo es de piedra canteada traída desde los cerros más cercanos, afirma el experto, lo cual evidencia una fuerza de trabajo bastante significativa por parte de quienes la construyeron. A decir de Fuchs, para esa labor se debió contar con diversos implementos y herramientas a fin de darle a las paredes esa consistencia sólida. 

"Quienes edificaron Sechín Bajo tuvieron un alto conocimiento arquitectónico y constructivo. Esto se ve claramente en el manejo que se ha dado a los materiales para que los edificios sean resistentes", agregó.

A los investigadores también les sorprendió el manejo de los enlucidos (trabajo de tarrajeo), así como el hallazgo de un tipo de adobes de forma rectangular en los que se ven las huellas de las manos de sus constructores. Estos son de unos 10 centímetros de alto por 15 centímetros de ancho y están relacionados con el primer edificio construido en Sechín Bajo.

EL DEGOLLADOR
 
Los arqueólogos aún no habían salido del asombro que les provocó el hallazgo de la plaza circular hundida cuando en el primer patio del tercer edificio del complejo arqueológico (perteneciente al tercer momento) fue encontrado un friso que, en alto relieve, mostraba la figura del degollador, personaje mítico muy ligado a la historia antigua del Perú. Este tendría una antigüedad de 3.600 años. 


Para el arqueólogo Jesús Briceño Rosario, asesor científico del proyecto, la imagen del degollador representa un descubrimiento inusual. "La arqueología peruana se encuentra, por primera vez, frente a la representación de un personaje que permanecería vigente unos 3.000 años hasta el final de la cultura moche, que es cuando desaparece como imagen representada, pero es casi seguro que se mantuvo dentro del pensamiento del poblador andino por mucho tiempo más", señaló Briceño. 

Para Fuchs, el degollador reúne los elementos básicos del pensamiento religioso andino, que son el felino y la serpiente. "Este relieve nos ha sorprendido mucho porque se trata de un personaje con dientes felinos, que luego sería muy recurrente en la iconografía Chavín. En la mano derecha tiene un cuchillo ceremonial y en la izquierda una serpiente".